«No es sencillo que una mujer indígena llegue a un puesto de poder»
En conmemoración al Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el restaurante Hñahñú Cocina Otomí de Raíz, abrió un espacio para dar voz a tres mujeres indígenas y expresar su rol en la sociedad. Esto fue lo que platicaron.
Organizado por el restaurante Hñahñú, el pasado 9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas, se llevó a cabo un conversatorio virtual acerca del papel de la mujer indígena en la sociedad actual mexicana. En éste se abordaron distintos temas, todos relacionados a la importancia de la preservación del territorio y conocimiento ancestral.
Tres jóvenes mujeres fueron las ponentes de esta plática: Frida Hyadi, mujer hñahñú originaria del Valle del Mezquital, Cofundadora del Colectivo Juvenil Intercultural “Nuestras Voces” y de MILPA-CLIMÁTICA.
También, Lesly Yesenia Cruz Gonzáles, originaria de la Ciudad de Oaxaca, con raíces y orígenes chocholtecas. Lesly es la fundadora de la marca Kalanka, una bebida étnica que tiene como misión visibilizar una etnia en riesgo inminente de desaparecer.
Y Jenny Claudia Modesto que, en sus palabras, es “orgullosamente mujer indígena bilingüe, hablante de la lengua otomí”. Ella es originaria de la comunidad de San Nicolás, Tenando de Doria, Hidalgo. Actualmente funge como Directora del Centro Coordinador de los Pueblos Indígenas de Tenango de Doria.
La mujer indígena en distintos espacios
Las mujeres indígenas han tenido que luchar arduamente por abrirse un espacio en distintos ámbitos; desde espacios educativos, hasta de conocimiento y poder. A pesar del gran avance que ellas han logrado hoy en día, desafortunadamente se lucha por preservar esos espacios y seguir ampliándolos.
Frida Hyadi explicó que sus espacios vienen desde la casa, pues, muchas veces, se olvida que las mujeres indígenas son aquellas que transmiten un sinfín de conocimientos a los integrantes de la familia. Un ejemplo de ellos son las habilidades, costumbres, tradiciones y aprendizaje dentro de lo medicinal y lo culinario.
“En mi comunidad, las mujeres son las que preservan y tienen estos conocimientos tradicionales como el arte popular; telar de cintura; bordados; entre un montón de cosas que tienen que ver con conocimientos comunitarios y regionales”, explicó. “Al final del día, son las mujeres quienes transmiten la lengua a las nuevas generaciones; no por nada se les denomina ‘lengua materna’ a la primera que uno habla”.
Asimismo, habló acerca de su relación con los puestos de poder y que, lamentablemente, aún se tiene muchos prejuicios al respecto. “No es sencillo que una mujer indígena llegue a un puesto de poder y que incluso se desarrolle dentro de éste. Nosotras tenemos una lupa que nos está auditando constantemente, como mujeres indígenas, esa vigilancia es mucho mayor”, compartió.
Dentro del ámbito educativo, es muy común que las personas de poblaciones indígenas tengan que migrar a las ciudades cercanas para poder recibir la educación que buscan, tal fue el caso de Jenny Claudia Modesto.
“Es importante que nosotras como mujeres reconozcamos que tenemos esos derechos y mantenernos fuertes para tener el valor de decir ‘soy mujer y debo de ocupar esos espacios’. El proceso no es fácil, es muy complejo. Nuestra sociedad no está preparada para que ocupemos estos espacios (…) Sufrimos y vivimos proceso de discriminación, debemos de resistir y que nuestra voz sea escuchada para poder visibilizar nuestros contextos”, expresó Jenny.
El poder del conocimiento
Las mujeres indígenas llevan consigo una trayectoria de sabiduría muy longeva, la cual hay que reconocerla. Incluso, es sabido que las mujeres indígenas son quienes portan los conocimientos sobre el cuidado del medio ambiente; sus recursos naturales; los rituales que se llevan a cabo en las comunidades, entre otros. Todos y cada uno de ellos, son de suma importancia dentro de los contextos comunitarios.
La lucha para la protección de sus territorios va mucho más allá que solo preservar el territorio geográfico. Así lo explicó Jenny, quien comentó que esta preservación incluye también la cosmovisión y su patrimonio cultural.
“Para poder luchar y transmitir, primero hay que saber qué es lo que hay o de dónde proviene, un ejemplo es la agricultura. Fueron las mujeres quienes le dieron inicio; gracias a ellas existen los cultivos”, narró Lesly Yesenia.
Asimismo, Lesly compartió la gratitud de la sabiduría, “antes de mí hubo muchas mujeres que hicieron que esto valiera la pena; hicieron que yo estuviera aquí. Lo importante es saber dónde estás parada; con qué herramientas cuentas; quiénes son tus aliados; y reconocer tus virtudes como mujer y como mujer indígena para poder comunicar”, dijo.
Las problemáticas a enfrentar
Las mujeres dentro de nuestro país han tenido que sobrellevar distintas problemáticas y, desgraciadamente, las mujeres indígenas la mayoría de las veces sufren de una mayor discriminación, violencia, elitismo y más.
Cintia Salvador Mera, sommelier de Hñahñú Cocina Otomí de Raíz y moderadora de este conversatorio, le preguntó a cada una de las ponentes acerca de los retos y adversidades por las que ellas han tenido que pasar desde sus trincheras.
Lesly compartió que ella, al desarrollarse dentro de la industria del licor y el ámbito gastronómico, se ha enfrentado a ser menospreciada por ser una mujer joven e indígena. Ella lo atribuye a que, en ocasiones, éste oficio es relacionado a un negocio de “hombres”.
“Mi resolución fue: teniendo esa certeza de lo que nosotros somos y lo que nosotros podemos hacer. En el camino se encuentran más aliadas, siempre va a haber gente que se junte contigo y te va a apoyar, para eso sirve la comunidad”, dijo la fundadora de Kalanka.
Por otro lado, Jenny compartió el mismo sentir que Lesly. “Lamentablemente lo que yo he sufrido ha sido discriminación política, social y económica. Obviamente, por factores como tu color de piel; por cómo te expresas; la forma de hablar el español, etcétera”.
A sus 27 años, Jenny también ha trabajado arduamente para poder aportar a su comunidad, a pesar de las trabas que la sociedad le ha puesto. “En mi comunidad, ejercemos ese derecho de participación en la toma de decisiones para nuestro bienestar común. Aportando esas semillas, que el día de mañana van a florecer, para que otras mujeres puedan decir ‘yo también puedo alzar la voz y participar‘ pero, todo empieza desde nosotras”, compartió.
Frida, por otro lado, mencionó que la problemática que ella tuvo que enfrentar fue el tener que buscar la forma de migrar para poder merecer de una buena educación. Sin embargo, esta decisión la llevó a crear una red de apoyo con otras y otros jóvenes indígenas que pasaban por la misma situación.
Crear comunidad: un salvavidas para las mujeres indígenas
Cada una pertenece a un ámbito laboral diferente, así como cada una tiene costumbres y tradiciones. No obstante, Jenny, Lesly y Frida han solucionado y trabajado sus problemáticas desde la comunidad.
Incluso, Cintia también expresó que Hñahñú le ha permitido crear una comunidad con gente que comparte sus mismos valores. Otro ejemplo es el de Frida, ella al llegar a una nueva ciudad y encontrarse con otras personas indígenas decidió hacer una red de ayuda.
“Hoy en día, es conocido como el Colectivo Juvenil Intercultural “Nuestras Voces”. Y gracias a esa red pudimos denunciar situaciones de violencia, discriminación, entre otros problemas. Fue así como pudimos organizarnos para crear un encuentro de jóvenes indígenas. Pudimos hacer una red de acompañamiento; aquella que te impulse, te cuide y esté detrás de ti apoyándote. Esta fue una de las mayores satisfacciones colectivas”, concluyó Frida.
De igual forma, Lesly explicó la importancia de su marca Kalanka y cómo ésta le ha ayudado a resolver distintas problemáticas. “Actualmente Kalanka se encuentra en restaurantes muy buenos y bien posicionados. Precisamente que son de mujeres y hombres que celebran a las mujeres también, así lo he resuelto, creando comunidad”.
Para finalizar, Jenny invitó a todas las mujeres a trabajar en comunidad y a ver la una por la otra. “Yo invito a más mujeres y a mis otras hermanas indígenas a que ejerzan esos derechos. Que se sientan orgullosas de ser mujeres y, sobre todo, de ser mujeres indígenas. Si hablan una lengua, háblenla, practíquenla y promuévanla”, cerró.
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