Un «bolillo para el susto»: ¿Mito o realidad?
En la conmemoración de los terremotos del 19 de septiembre de 1985 y 2017, investigamos por qué los mexicanos tenemos la creencia de que consumir un bolillo nos aliviará del susto. Esto es lo que dicen los expertos a nivel emocional.
“Cómete un bolillo para el susto”, acostumbramos a escuchar una y otra vez cada que nos enfrentamos a una situación que nos hace sentir miedo o angustia. Sin cuestionar lo que esto significa, seguimos y recomendamos este consejo con la finalidad de regresar a la tranquilidad con un pedazo de pan.
La maestra en psicología clínica Mónica Montiel contó a Culinaria Mexicana que comer un pan en medio de una situación de peligro puede ayudar al alivio emocional, ya que hay ciertos alimentos que estimulan la segregación de serotonina, uno de los neurotransmisores que nos ayudan a sentirnos bien.
“Hay alimentos que estimulan la segregación de neurotransmisores como la dopamina o la serotonina, que están asociados al placer. Por eso es tan común que cuando la gente está triste coma chocolate, helado, cafeína o alcohol. Estos alimentos hacen que se libere una pequeña porción de serotonina que hacen que tu estado emocional mejore”, contó en entrevista.
Alivio emocional
En México la comida está asociada con la parte afectiva: los cumpleaños, las reuniones familiares y las peticiones matrimoniales giran en torno al consumo de alimentos.
“Hay una representación emocional en los alimentos que está vinculada al aprendizaje familiar y cultural en el que creciste. En México la alimentación está asociada con el tema. Cuando hay una situación de susto, tristeza o angustia y alguien te invita a comer, en tu cerebro hay una huella de memoria que te remite a momentos agradables y, por lo tanto, a la segregación de neurotransmisores, de acuerdo con nuestras experiencias pasadas”, agrega la experta.
Algunos portales web aseguran que comer un bolillo ayuda al estómago a absorber los jugos gástricos que se producen en los momentos de estrés. Sin embargo, su consumo está asociado más a nuestras creencias.
El bolillo: pan favorito de los mexicanos
Los bolillos son uno de los panes más populares en la cocina mexicana. Este pan es versátil: puede ir relleno de alimentos dulces o salados, y es el compañero perfecto de más de un platillo tradicional.
El pan es una herencia de la época colonial, tiempo en el que se producían algunas variedades de este alimento a base de amaranto, maíz, mezquite, trigo y otros cereales.
Los indígenas utilizaban metates para moler los granos y convertirlos en harina, y los españoles introdujeron molinos para multiplicar la producción de este ingrediente. El antecesor del bolillo fue el pambazo, una pieza apreciada por la clase baja, por su precio accesible.
La evolución del bolillo
Con el paso de los años, la panadería se desarrolló y adoptó nuevas formas y sabores. Fue en la época del porfiriato cuando la cultura francesa influyó en la cocina mexicana y, por supuesto, en la panadería.
La corteza crujiente que recubre el relleno esponjoso de los bolillos son parte de la herencia francesa. Con el tiempo se fue adecuando a algunos cambios en nuestro país.
Hoy en día es común encontrar este pan en las calles de la ciudad partido a la mitad, relleno con un tamal, chilaquiles o milanesa. En las escuelas y a la hora del recreo, va relleno de jamón o huevo. A la hora del postre, es buen aliado para preparar capirotada o bañado de leche condensada: las combinaciones son extensas para un alimento tan noble que (mentalmente) ayuda a “bajarte” el susto en un movimiento telúrico.
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