Casa Merlos, el restaurante de Chiles en Nogada en CDMX por excelencia
La temporada de Chiles en Nogada comenzó, y cuando eso ocurre, el nombre de Lucila Molina sale a la luz. Con más de 35 años de experiencia, la cocinera ha ganado fama por sus guisos, su pasión y amor a la cocina.
Doña Lucila comenzó a hacer tamales del tamaño de un dedo que cubrían la necesidad de las familias que celebraban algo especial acompañados de las delicias de la cocinera, pero ella siempre soñó con su restaurante. “Siempre quise que fuera de cocina poblana porque es la mamá de todas las cocinas”.
La pasión y el amor que le tiene a la cocina es el secreto que le ha valido estar más de 35 años en el mercado con su restaurante Casa Merlos. “Yo no pienso en cuánto me voy a ganar, más bien en qué tan feliz te voy a hacer”. Esa es la filosofía de Lucila que además ha transmitido a cada uno de sus colaboradores. “Tienes que ser honesta, cuando yo estoy cocinando me imagino a la gente que se va a poner contenta”.
Casa Merlos, la cuna de las chalupas
Por el restaurante han pasado miles de personas que han tenido que esperar una semana por los platos, porque solo abren de jueves a domingo; “Yo digo que es como el teatro, solo se va de jueves a domingo, entonces, es como una obra de arte”. Aunque ahorita ya está pensando en abrir desayunos y servir sus clásicas chalupas en la mañana.
“Yo he visto gente que ha venido a comer y los he visto llorar comiendo porque les recuerda a sus mamás o a sus abuelas”. Y cómo no llorar al probar su pipián verde, que se muele en metate, o su manchamanteles. Y qué decir del mole poblano hecho con chiles secados al sol, que llegan directamente de Puebla.
El restaurante se ubica al poniente de la Ciudad de México y es un referente (más cercano) de la cocina poblana en el país. Se nota el amor, admiración y pasión que Lucila le tiene a la cocina mexicana, mismos que ha logrado plasmar en cada uno de sus platillos —como sus chiles en nogada— y en los comensales. Casa Merlos es todo lo que esperas de la cocina mexicana, tradición, ingredientes buenos y locales y un buen molido en metate.
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